Las verdaderas revoluciones
Las
revoluciones son el final de un proceso de las ideas, no el principio, y
es siempre un proceso cultural, nunca político. Cuando interviene la
política -o mejor los políticos- no se produce una revolución, sino un
golpe de Estado, y el proceso cultural se detiene para dar lugar a un
programa político. La cultura entonces se convierte en una rama de la
propaganda. Es decir, las ilusiones de la cultura, el sueño de la razón,
se transforman en pesadilla.
In Cuerpos Divinos, de Guillermo Cabrera
Infante
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